jueves, 7 de febrero de 2008

Fobia al diván

Hoy tuve una entrevista con un psicólogo, ya era hora de consultar a alguien que me ayude a desenredar algunos nudos mentesianos. Después de que lo atomicé como media hora me dijo que tengo que bajar las revoluciones. ¿A mí me lo pide? Justo yo que soy un conejo con pilas Duracell alcalinas. Imposible. Pero ta, veremos que acontece.
Ahora soy "una nena grande" me dijo para convencerme de que me tengo que acostar en el diván. Argh, siempre odié acostarme en el diván... me da como cosa pensar que ahí reposan a diario miles de cuerpos con mentes perturbadas, no sea cosa que se me vaya a pegar algo. Lo que me faltaba pestes mentales ajenas. Espero que no se contagien.
La verdad, es que prefiero tirarme en el piso, voy a ver si lo convenzo para que me deje reptar. De última el suelo es más cómodo, a mí me gusta más.

Mientras tanto me voy de vacaciones un par de días. Planeo tomar sol y empezar a estudiar para el exámen de Economía que tengo el 13 de febrero. Voy a prender velas y esas cosas para que se me destapen las arterias del cerebro y la sangre fluya con comodidad, de modo que logre entender algo y aprobar la materia.

Rivotril mediante, espero encontrar mi centro y dedicarme a estudiar fervorosamente mientras mi cuerpo escultural (?) se broncea al rayo del sol matinal.

En mi mp3 llevo todo tipo de música acorde a mi ciclotimia. Es fundamental tener la música adecuada para sobrellevar los diferentes estados anímicos que, conociéndome, me azotarán en las próximas semanas... y el resto de mi vida, pero bueno no me voy a poner a predecir demasiado, aunque más o menos tengo una noción de lo que puede ser mi ánimo montañaruseico a futuro.

1 comentario:

L.S. Alves dijo...

Queda-te en el piso el psiquiatra no te molestará. Se te siente mejor así.
Buena suerte con su examen, sol e remedios.